Una empresa antiecológica

BRUSELAS.- La empresa que realiza los trabajos de recuperación de playas en Cancún, Mexicana de Dragados S.A. de C.V., es subsidiaria de la trasnacional belga Jan De Nul, que ha participado en otros proyectos criticados por ocasionar daños al medio ambiente.

(Artículo publicado en la edición del 3 de Enero de 2010 de la revista PROCESO)

Uno de los proyectos que más cuestionamientos ha recibido es la construcción de varias islas artificiales que esa compañía realizó frente a las costas de Dubai.

“Como resultado del dragado y la remoción de arena en la construcción de tales islas, las aguas típicamente cristalinas del Golfo de Dubai se han vuelto severamente turbias debido a la aparición de cieno”, denunció la ecologista Tina Butler en el sitio de internet estadunidense Mongabay, especializado en asuntos medioambientales.

Además, dijo que tales trabajos de construcción “están dañando el hábitat marino y sepultando arrecifes de coral, criaderos de ostras y campos subterráneos de algas marinas”. También aseguró que hay por lo menos una capa de cinco centímetros de sedimentos sobre los viveros de ostras, y que se está produciendo un proceso de erosión de las playas debido a la disrupción de las corrientes naturales.

En un artículo publicado el 25 de agosto de 2005 –cuando la construcción de las islas se aceleró–, Butler señaló que la isla artificial Palm Jebel Ali fue cimentada sobre una reserva marina protegida, la cual constituía uno de los sistemas de biodiversidad más importantes del Golfo de Dubai. La constructora del proyecto fue Jan De Nul.

El 9 de junio pasado, Dragados de México S.A. de C.V., ganó la licitación convocada por la Secretaría de Turismo del gobierno mexicano para la rehabilitación de playas en Cancún, Playa del Carmen y Cozumel.

Ese mismo día, la empresa belga emitió un comunicado en el que se declaró “orgullosa de ser parte de este prestigioso proyecto para levantar la industria turística de México, después de haber recibido un duro golpe por la reciente epidemia de la gripe porcina”.

De acuerdo con información de su página electrónica, entre 2005 y 2006 esa compañía restauró 12 kilómetros de playa en Cancún por medio del fideicomiso 160830-2 de Banamex.

En ese mismo sitio se indica que la firma belga ha realizado otros trabajos de dragado y mantenimiento marítimo en México: en 2006 en el río Pánuco, cerca del puerto de Tampico; en 2007 y 2008 en el Puerto de San Pedrito, Manzanillo, y en 2008 y 2009 en los puertos de Veracruz, Ensenada, Guaymas, Mazatlán, Manzanillo, Lázaro Cárdenas, Salina Cruz y Puerto Madero.

Para conocer la posición de Jan De Nul ante las críticas que sus trabajos han suscitado, el corresponsal llamó a las oficinas centrales de la empresa en Luxemburgo y en Bélgica. Le informaron que el vocero autorizado, Yves Van Aken, no estaría disponible sino hasta el próximo 4 de enero.

Crecimiento explosivo

La compañía Jan de Nul fue fundada en 1938 en Flandes, la región norte de Bélgica. Su dueño y director ejecutivo, Jan Pieter De Nul, es uno de los hombres más acaudalados de Bélgica. En 2000, la empresa cambió su domicilio fiscal a Luxemburgo.

Johan Van Boxstael, director de finanzas de Dredging and Maritime Management, propiedad del grupo Jan De Nul, explicó a la revista luxemburguesa Paperjam:

“Si nos instalamos en Luxemburgo no fue solamente porque el clima es mejor aquí que en Flandes. Lo que nos interesa es la bonificación de impuestos, que se eleva actualmente a 12%. Eso representa montos considerables.”

En la entrevista publicada el 24 de abril de 2008, Van Boxstael dijo que a comienzos de la década, la empresa “tenía apenas cuatro barcos y uno o dos proyectos en el extranjero”, y era “la novena o décima firma más grande en su ramo”.

“Hoy –continuó– somos propietarios de más de 30 grandes barcos dragadores que navegan bajo bandera de Luxemburgo; otros 12 están en construcción en astilleros navales y dos de ellos cuentan con capacidad de más de 45 mil metros cúbicos. Además, contamos con una flota de un centenar de pequeños barcos con bandera de las islas Mauricio.”

Precisó que, en 2005, Jan De Nul obtuvo ingresos por 795 millones de euros. En 2008 esa cifra creció a mil 882 millones de euros. Comentó que su empresa se convirtió en la número uno del mercado mundial, entre otros motivos, gracias a sus operaciones fuera de Europa. Se refirió principalmente a los contratos que el consorcio ha obtenido en los países de Medio Oriente (Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Omán o Qatar), algunos de ellos para proyectos faraónicos. Según el sitio web de la empresa, 66% de sus ingresos en 2008 provinieron de esa región del mundo.

Otro de los entrevistados por Paperjam, Diego Naessens, un ingeniero civil que trabaja para Jan De Nul en Dubai, mencionó que en Bélgica un gran proyecto puede costar entre 500 mil y 1 millón de euros. Estos trabajos duran un año, y la cantidad de piedras tratadas apenas corresponde a las que utiliza el corporativo en sólo 10 días de trabajos en Dubai.

El contrato inicial para la construcción de la isla artificial de Palm Jebel Ali –sobre una antigua reserva marina protegida– ascendió a 137 millones de dólares, documenta Paperjam.

Al término de la primera fase de ese proyecto, que duró de 2002 a 2006, la empresa había removido más de 150 millones de metros cúbicos de arena, y utilizado 10 millones de toneladas de rocas.

“Diariamente se lanza en el mundo un concurso de licitación por un monto de 10 a 20 millones de euros”, y como los promotores buscan el mejor precio y la capacidad técnica, por lo general nuestra firma gana los contratos”, precisó Boxstael.

Y mencionó que otra de las razones del éxito de su compañía radica en que ésta y la holandesa Van Oord son las únicas firmas en su tipo que cuentan con las capacidades técnicas requeridas para llevar a cabo esa clase de proyectos colosales.