La UE declina mandar observadores a México

Foto: plan-eu.org

BRUSELAS (apro).- Por limitación de recursos, la Unión Europea (UE) decidió declinar la invitación para enviar observadores o expertos electorales a los comicios presidenciales mexicanos del próximo 1 de julio.

“La UE no enviará ninguna misión a México”, confirmó en una conversación con este columnista Klas Nyman, miembro del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), del que dependen las observaciones electorales.

“Sabemos –añadió el funcionario– que el proceso electoral mexicano es muy importante, pero tenemos muchas elecciones por observar durante 2018 y nuestros recursos son limitados”.

Por esa razón, dice, la UE consideró que lo mejor era declinar la invitación del Instituto Nacional Electoral (INE) para que enviaran una misión de observación a México.

El anuncio cae por sorpresa porque la UE había participado en la observación de las dos últimas elecciones presidenciales mexicanas.

En 2006, la UE envió una Misión de Observación Electoral (MOE) compuesta por 79 observadores que se desplegaron por todo el país el día de la jornada electoral y que estuvo encabezada por un diputado del Parlamento Europeo.

Seis años después, la UE decidió enviar una Misión de Expertos Electorales (MEE), integrada básicamente por dos especialistas “técnicos” que llegaron cinco semanas antes de los comicios para analizar el desarrollo de las campañas.

Ambas misiones europeas no pasaron desapercibidas por diferentes razones.

En el primer caso, el jefe de la misión de observadores, el eurodiputado español José Ignacio Salafranca, declaró que las elecciones se habían llevado a cabo de manera satisfactoria y felicitó por su “victoria” al candidato del Partido Acción Nacional (PAN), Felipe Calderón Hinojosa.

El problema fue que Salafranca declaró lo anterior tan sólo horas después de finalizados los comicios y cuando la autoridad electoral no emitía aun los resultados definitivos, además de que el candidato Andrés Manuel López Obrador impugnó la elección y su resolución tomó tiempo.

Esa imprudencia voluntaria o no de Salafranca –cuyo partido, el Popular Europeo, es “partido hermano” del PAN en la Internacional Demócrata de Centro– desencadenó que la UE y muchos de sus países miembros reconocieran en cuestión de horas a Calderón como presidente y, nuevamente, sin haber terminado legalmente la elección.

En 2012, la situación fue la opuesta.

La UE envió a México únicamente dos expertos “técnicos” que observaron el desarrollo de las campañas y de la jornada electoral. Esos expertos fueron el español Francisco Javier Meilán Pita y la portuguesa Cristina Dos Ramos Alves.

A diferencia de la misión de observadores de 2006, su función no los facultó a dar pronunciamientos públicos, evitando así cualquier manejo político.

En ese momento, cuestionada por este columnista, María Gotsi, la responsable de la oficina para México del SEAE, aseguró que la decisión de no enviar una misión como la de 2006 se debía a cambios de prioridades de Europa y a la disponibilidad de menos presupuesto, pero no a una situación de índole política.

En octubre de ese año Proceso publicó el reporte final de 24 páginas –de carácter confidencial– que la UE, a través de su embajadora Marie-Anne Coninsx, entregó al que era consejero presidente del entonces IFE, Leonardo Valdés Zurita.

Los especialistas europeos, lejos de cerrar los ojos, expusieron el perfil fraudulento de los comicios y la indiferencia con que actuó el IFE ante el cúmulo de irregularidades detectadas.

El reporte europeo documentó las denuncias de compra y coacción masiva del voto para favorecer a Enrique Peña Nieto y cuestionó la pasividad del IFE ante las acusaciones.

El documento también afirmó que Televisa y TV Azteca obstaculizaron el ejercicio de una cobertura plural de las campañas presidenciales en los medios, y criticó el deficiente monitoreo que la Universidad Autónoma de México realizó para el IFE.

La MEE fue más allá y sostuvo que las autoridades judiciales mexicanas “deberían” investigar “la compra de cobertura editorial” de partidos y candidatos durante la campaña. Mencionó en específico la necesidad de abrir una averiguación del caso particular del “presunto acuerdo entre el PRI y Televisa para impulsar la candidatura presidencial de Enrique Peña Nieto”.

Los expertos europeos aseveraron que “la instancia judicial competente no debería renunciar a la investigación de este tipo de prácticas, por mucho que la existencia de pactos secretos entre partidos y medios de comunicación para obtener cobertura informativa pueda ser muy difícil de demostrar”.

Por eso el reporte precisa que una forma de proporcionar “evidencia empírica” que esclareciera las denuncias en relación con ese “sesgo mediático” favorable al candidato priista sería que los partidos políticos seleccionaran a una “entidad imparcial de la sociedad civil” para que hiciera un monitoreo eficaz de medios.

Ninguna de las observaciones y recomendaciones de la MEE fueron tomadas en cuenta por las autoridades mexicanas.

De hecho, el IFE trató de ocultar las críticas vertidas en el reporte. En el comunicado donde informó sobre la entrega del reporte el 24 de septiembre de 2012, el organismo sólo dice que “los expertos europeos reconocen el avance democrático de México, así como la fortaleza y legalidad de las instituciones electorales”.

Estas elecciones no serán observadas y calificadas por especialistas de la UE, que las tendrá que seguir a través de su cuerpo diplomático en México. Así, habrá menos expertos internacionales que testifiquen con elementos de prueba y medición lo que ha ocurrido en las campañas y lo que ocurrirá durante las votaciones.

*Esta columna Europafocus fue publicada el 21 de junio de 2018 en el portal de la revista PROCESO. Aquí puedes leer el texto original.