Hackers alemanes financian defensa legal de Snowden

Edward SnowdenBRUSELAS, (apro).- El más grande colectivo europeo de hackers o piratas informáticos, The Chaos Computer Club, que opera públicamente en Alemania, anunció el pasado 24 de agosto que aportaría 36 mil euros para solventar los costos del equipo de seis abogados que defiende en Europa al informador estadunidense Edward Snowden, que actualmente se encuentra refugiado en Rusia tras haber revelado una red de espionaje masivo al servicio de Estados Unidos.

Artículo publicado el 12 de septiembre de 2014 en la sección Prisma Internacional de la Agencia PROCESO

“Desde su fundación, hace más de 30 años –señaló la organización en su portal de Internet–, The Chaos Computer Club (CCC) sostiene fuertes convicciones en la libertad de información. En consecuencia, los combatientes de la libertad y los informadores merecen nuestro mayor respeto y apoyo. Por esa razón ayudaremos financieramente al equipo legal de Edward Snowden”.

La asamblea general del CCC también decidió ofrecerle a Snowden su integración al club como “socio honorario”, lo cual, según la agrupación de hackers, “él aceptó gustoso”.

El mismo ofrecimiento habría sido aceptado por el analista de inteligencia del ejército de Estados Unidos, Bradley Manning, quien filtró a Wikileaks los documentos clasificados de las guerras de Irak y Afganistán que dieron la vuelta al mundo y cuyo contenido aún no termina de conocerse, acto por el que fue condenado a 35 años de cárcel.

El abogado de Snowden en Alemania es Wolfgang Kaleck. En 2006 él presentó una demanda –a nombre de 11 exprisioneros iraquíes– contra el entonces secretario de Defensa estadunidense, Donald Rumsfeld, y el director de la CIA, George Tenet, a quienes responsabilizó de haber cometido crímenes de guerra y violar los derechos humanos en las prisiones de Abu Ghraif y Guantánamo. La queja fue rechazada por la justicia alemana pocos días antes de que Rumsfeld asistiera a la Conferencia sobre Seguridad de Múnich, pero el caso dejó mal parados a los magistrados teutones, cuya independencia fue duramente cuestionada.

Kaleck, quien también se implicó en la defensa de los derechos humanos en Guatemala y en el enjuiciamiento de los militares argentinos responsables de haber torturado y asesinado a ciudadanos alemanes durante la dictadura, consideró que “tanto el compromiso como el apoyo a Snowden requieren perseverancia”, por lo que “la ayuda financiera (de CCC) contribuye a sostener esos esfuerzos”.

El abogado estimó que “la duradera dedicación de CCC y de otros por la defensa de los derechos ciudadanos y contra la vigilancia masiva allanaron el camino para que existiera un amplio debate público después de las revelaciones de Edward Snowden”.

Ciberactivismo

El Chaos Computer Club fue fundado en Berlín en 1981 en los albores de la era del Internet. Entre otros de sus fundadores, destaca Weart Holland-Moritz (a él se debe el nombre del colectivo), un joven que luchaba contra la censura y a favor del acceso a la infraestructura tecnológica y que murió en 2001 a la edad de 49 años.

La cultura hacker contemporánea, y sobre todo el “activismo hacker” (mejor conocido bajo el neologismo hacktivismo), le debe mucho al CCC. Adelantado a su tiempo, el colectivo abrazó e introdujo a la comunidad (que tenía mala imagen) los principios de la llamada ética hacker, un término de la década de los 80 atribuido al periodista Steven Levy pero cuyo origen data de los años 50. Esos principios postulan el intercambio libre de información, la apertura, la descentralización de los sistemas, el libre acceso a las computadoras y el mejoramiento de las condiciones de vida de la sociedad, a lo cual se añade la defensa del software (programación) libre y abierto, que permite a los usuarios modificar el código fuente.

CCC ganó fama mundial en 1985, cuando logró infiltrar la red alemana Bildchirmtext (el
antepasado del Internet) y transfirió de un banco de Hamburgo 134 mil marcos (unos 67 mil euros actuales) a una cuenta del CCC, monto que devolvió al día siguiente frente a la prensa.

La propietaria de la red, Deutsche Bundespost, la empresa postal de Alemania Occidental, aseguraba que era totalmente segura.

Cuatro años más tarde un grupo de hackers de Alemania Occidental –encabezados por un activista del CCC, Karl Koch– causó uno de los primeros escándalos internacionales de espionaje informático, al descubrirse que había pirateado computadoras del gobierno y empresas estadunidenses y entregado información a la KGB, el servicio de inteligencia soviético.

En operaciones de hackeo más recientes, en 2008 obtuvieron las huellas dactilares del ministro alemán del Interior, Wolfgang Schuble y con ellas entraron en áreas restringidas del gobierno, todo ello para protestar contra la implementación del pasaporte biométrico.

Hace tres años, el club denunció que el gobierno alemán estaba utilizando un programa maligno (troyano) que permitía espiar a los ciudadanos a través de sus computadoras personales. Ese programa –bautizado como R2D2—podía ser controlado a distancia para capturar imágenes de la pantalla, audio y video. El Ministerio del Interior rechazó que éste lo utilizara la Policía Federal Criminal, pero no descartaba su uso por parte de las fuerzas policiacas de los Estados federados.

La agrupación organiza eventos que se han convertido en rituales obligados para la comunidad hacker internacional, como el Chaos Communication Congress o el Chaos Communication Camp, donde se exponen las más inesperadas fallas de seguridad de programas corporativos y gubernamentales, lo anterior bajo la anuencia de las autoridades germanas (en 2008 Julian Assange presentó en uno de esos eventos Wikileaks).

Demandas

Entre la documentación que recientemente reveló Snowden se encontraba la información de que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés) había conseguido espiar varios servidores de la red The Onion Router (Tor). Uno de esos servidores fue el operado por un estudiante en informática de 28 años, Sebastian Hahn, el cual utilizaba CCC.

La filtración, difundida en conjunto por dos radiodifusoras alemanas, precisaba que la NSA había podido “romper” el servidor de Hahn –llamado Directory Authority– a través de un sistema de espionaje llamado XKeyScore que sirve para husmear a los usuarios de la red Tor.

La anterior es un sistema de comunicación “superpuesto” a Internet que encripta el tráfico a través de servidores aleatorios permitiendo conservar en secreto la identidad del usuario (su dirección IP), por lo que tal forma parte de la llamada darknet o red oscura.

El servidor afectado proveía una lista de “relevos” en la red de computadoras conectadas a Tor, por lo que había personas en riesgo, señaló Hahn a las radios.

El 16 de julio pasado, CCC agregó esas evidencias a una demanda que con otras asociaciones de activistas digitales interpuso en febrero ante la Fiscalía Federal de Alemania contra el gobierno de Angela Merkel y los jefes de los servicios secretos, por su presunta implicación con la NSA en la vigilancia masiva de ciudadanos alemanes.

“La publicación de partes de los códigos de búsqueda usados por el sistema XKeyScore proporciona pruebas de que el tráfico de información hacia y desde el servidor de la red Tor operado por CCC fue expresamente recopilada y almacenada”, explicaron los hackers en un boletín de prensa.

Y agregaron: “Mientras que otros documentos de Snowden muestran que incluso la NSA no es actualmente capaz de romper el anonimato que ofrece Tor, el hecho de que haya sido ahora documentada la vigilancia del servidor de CCC demuestra más allá de cualquier duda la agresiva vigilancia a la que expone la NSA a los ciudadanos alemanes”.

El 3 de febrero último, el CCC, junto con la Liga Internacional de los Derechos Humanos y Digitalcourage, interpusieran una demanda penal en la que acusan a los agentes secretos alemanes, estadunidenses y británicos, además del ministro del Interior y a la canciller alemana, de ejecutar actividades de inteligencia de carácter ilegal y prohibidas, de apoyar y ser cómplices de esas actividades, de violar el derecho a la privacidad, y de obstruir la justicia al orientar y cooperar con la vigilancia electrónica de ciudadanos alemanes por parte de la NSA y el Government Communications Headquarters (GCHQ, el servicio británico de ciberinteligencia), todos ellas acciones penalizadas por las leyes federales teutonas.

En su momento, el portavoz de Merkel, Steffen Seibert, sólo comentó que “cualquier ciudadano en Alemania puede interponer una demanda penal”.

En su demanda, CCC exigió al fiscal federal, Harald Range, que abriera una investigación y que, además, él mismo promoviera una demanda penal contra los responsables del espionaje. Más aún, el colectivo de hackers solicitó que fuera escuchado en persona el testimonio de Edward Snowden y que se le brindara la protección diplomática necesaria para que no fuera extraditado a Estados Unidos.

Sin embargo, a principios de junio Range concluyó de manera preliminar que no había suficiente evidencia de actos criminales por parte de las agencias de inteligencia para iniciar una investigación, dejando el expediente “bajo observación” y en espera de juntar nuevas evidencias sobre la alegada vigilancia masiva.

La fiscalía dijo que había tratado de contactar a Snowden a través de su abogado alemán, pero que el informante nunca respondió. De acuerdo con el periódico Süddeutsche Zeitung, las peticiones de la fiscalía para obtener información del caso fueron negadas por el gobierno alemán y los servicios secretos, y las autoridades estadunidenses ni siquiera contestaron.

No obstante, Range decidió abrir una investigación por el presunto espionaje del teléfono celular de Merkel –lo cual se hizo público a finales de 2013–, pues, según estimó, en este caso sí existían “hechos tangibles”.