Por derrochadora, piden excluir de fiestas patrias a embajadora

BRUSELAS (apro).- Simpatizantes del movimiento #YoSoy132-Bélgica exigieron hoy que la tradicional fiesta de aniversario de la Independencia de México, que se celebrará el próximo domingo 9, se lleve a cabo sin la presencia de la embajadora Sandra Fuentes-Beráin.

(Nota informativa publicada el 5 de septiembre de 2012 en la Agencia PROCESO)

En una carta abierta, el grupo de mexicanos fundamenta sus razones de excluir a la representante diplomática de México en este país por los escándalos ligados al despilfarro de recursos públicos en la embajada mexicana en Bruselas, y porque el gobierno de Felipe Calderón no se ha manifestado contra las irregularidades registradas en las pasadas elecciones presidenciales.

Los simpatizantes de #YoSoy132 señalan en la misiva que la embajadora Fuentes-Beráin “no cuenta con la credibilidad para dirigir la ceremonia” durante la fiesta de Independencia y, por lo tanto, “debe ser explícitamente excluida de dicha celebración”.

“Es del conocimiento de la opinión pública mexicana que, durante los últimos años, la embajada de México en el Reino de Bélgica y el Gran Ducado de Luxemburgo se ha visto envuelta en casos de evidente derroche y mala administración”, expone la comunicación, que rápidamente se expandió en las redes sociales.

Entre esos casos mencionan los salarios que paga la embajada a un chofer (3 mil 647 euros mensuales), un cocinero (3 mil 315 euros mensuales) y un mayordomo (3 mil 490 euros mensuales), así como otros gastos “claramente innecesarios para la ejecución de sus labores diplomáticas”, como la “adquisición de una máquina tortilladora importada desde México y la ingente cantidad de personal que labora en la residencia oficial”, una mansión rodeada de un vasto jardín ubicada en una zona exclusiva de la periferia de Bruselas.

La carta también hace referencia al despido de seis empleados locales de la embajada, bajo el argumento de que “no estaban suficientemente comprometidos con los objetivos del gobierno mexicano”.

Asimismo, señala que el gobierno calderonista “no ha expresado su preocupación por las irregularidades denunciadas en las pasadas elecciones”.

Agrega:

“La indiferencia del primer mandatario respecto a una de las principales preocupaciones de los ciudadanos mexicanos, nada más y nada menos que el funcionamiento mismo del sistema democrático, es cuando menos deleznable y debería ser motivo de descontento y preocupación para todos los ciudadanos mexicanos, tanto aquellos que viven en territorio nacional como quienes viven en el extranjero, independientemente de su afinidad o afiliación política”.

Pedro Montero, responsable de la divulgación de la carta, comentó a Apro que en la fiesta del año pasado “muchos mexicanos nos indignamos con el discurso de la embajadora”, pues habló de México “como el país de las maravillas”.

Tras ello, preguntó: “¿Y los más de 50 mil muertos de la guerra contra el narco? No dijo nada”.

La asociación Mexicanos en Bélgica (Mexbel), que organiza anualmente la fiesta de independencia, respondió que la embajadora será invitada y encabezará normalmente la ceremonia del Grito.

“Considerando que la embajadora ha comprado su boleto de entrada y aportado la comida para los mil asistentes, no consideramos apropiado prohibirle la entrada a cuatro días del evento”, explicó la presidenta de Mexbel, Yalina Zaldívar.

La embajadora, añadió, adelanta los “fuertes” gastos de la fiesta (renta de salón, meseros, renta del equipo de sonido, remuneración del disk jockey y de un grupo de mariachis), además de que los chiles en nogada del menú de este año fueron proporcionados por la embajada y serán preparados por la cocinera de la misma.

“El precio de los boletos hubiese sido aún más elevado si no fuera por el apoyo de la embajadora Sandra Fuentes-Beráin”, advirtió Zaldívar.

Cada boleto para asistir al evento tiene un costo de 35 euros en preventa y 40 en taquilla, precios prohibitivos para muchos mexicanos residentes en Bruselas, y más si cuentan con una familia.

“No quiero ir a esa fiesta porque me parece muy cara y me aborrece decir ‘viva México’ cuando en realidad en México hay tanta muerte”, escribió una persona identificada como Nierikate en uno de los blogs donde se publicó la carta abierta.

Hace 10 años la embajada mexicana decidió suspender las fiestas gratuitas y abiertas a todo el público (ciudadanos y diplomáticos), que organizaba modestamente en lugares céntricos de Bruselas, luego de que el presidente Vicente Fox recortó el presupuesto consagrado a este tipo de eventos en el extranjero.

El entonces embajador Porfirio Muñoz Ledo privatizó la fiesta nacional, que desde 2007 –con la llegada de la embajadora Fuentes-Beráin– organiza Mexbel, una asociación “sin ánimos de lucro” que ha crecido bastante en los últimos años. En fecha distinta se lleva a cabo en la residencia oficial una celebración exclusiva para diplomáticos, con mariachis y antojitos mexicanos, sin pago de por medio. Fuentes-Beráin decidió también excluir de esa reunión a los periodistas.

El carácter “privado” de la fiesta de Independencia es confuso, dado el fuerte vínculo económico y el protagonismo de la embajada mexicana en la organización y difusión del evento.

Los embajadores mexicanos acostumbran pararse a la entrada del evento para recibir a los asistentes, y siempre son los encargados de dar el Grito y ondear la bandera nacional.