ARCHIVO GLOBAL …Y Monsieur, el traficante de armas, cayó en la trampa

BRUSELAS (apro).- El 14 de marzo pasado, el traficante belga de armas, Jacques Monsieur, se reunió en París con un agente de la Agencia de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos que se hacía pasar por un abastecedor ilegal de armamento.
En esa reunión, Monsieur le dijo al agente encubierto que le interesaba adquirir en Estados Unidos motores GE J85-21 y otros componentes del jet de combate F-5, fabricados por la empresa Northrop Grumman Corporation, así como motores de aeronaves C-130 utilizadas para el transporte militar. Su destino: Irán.

(Artículo publicado el 9 de octubre de 2009 en la sección Prisma Internacional de la Agencia PROCESO)

En 1995 Washington le impuso a Irán un embargo de armas, por lo que el gobierno de Teherán está enfrentando una carencia de refacciones para los F-5 que le vendió Estados Unidos antes de la revolución de 1979.

Así, el 29 de abril pasado Monsieur se comunicó por correo electrónico con el agente para asegurarle que había recibido del gobierno iraní la orden de comprar los motores. Acordaron que el agente se encargaría de tramitar su exportación de Estados Unidos a un destino final falso: Colombia.

Desde ahí, Monsieur transportaría ilegalmente los motores hasta Irán, con el apoyo de Dara Fatouhi, un ciudadano iraní residente en Francia, a quien los servicios de inteligencia estadunidenses acusan de trabajar para su país como abastecedor de armamento.

El 22 de mayo, en una reunión en un hotel londinense con el agente encubierto, el propio Monsieur presentó a Fatouhi como su “asociado”. Esa ocasión estudiaron los mecanismos para poder transportar dos motores y otros componentes, de Estados Unidos a Irán, a través de Colombia.

El 29 de junio, el agente secreto recibió un correo electrónico de Monsieur con una orden de compra de los motores y otros componentes, emitida por una “empresa fachada”, la cual indicaba que éstos debían ser entregados a la organización Trast Aero Space, con base en la localidad de Bishkek, en la exrepública soviética de Kirguistán. Monsieur le pidió al agente que enviara ilegalmente los motores a los Emiratos Árabes Unidos, para llevarlos, desde ahí, a Irán.

El 16 de julio, Monsieur y Fatouhi depositaron al agente 110 mil dólares en un banco del poblado de Mobile, Alabama. El dinero, destinado a la compra de las partes de F-5, fue transferido de una institución financiera de los Emiratos Árabes Unidos. Ese mismo día, el traficante belga llamó por teléfono al agente para avisarle que le depositaría otros 300 mil dólares para la adquisición de los dos motores J85-21.

Sin embargo, el 7 de agosto Fatouhi mandó un correo electrónico a Monsieur y al agente para anunciarles que su cliente quería cancelar la operación debido al retraso del envío. Monsieur telefoneó poco después al agente y le dijo que no se preocupara: el transporte de las piezas de los F-5 sería por vía aérea, lo que arreglaba el problema con el cliente.

El 17 de agosto, Monsieur solicitó al agente información sobre su contacto en Colombia encargado de triangular el material militar a los Emiratos Árabes Unidos, además de pedirle copias de sus boletos de avión y la factura de compra de éstos. También le avisó que un “inspector” lo estaría esperando con un pasaporte falso y, una vez que esa persona verificara los componentes en cuestión, depositaría a la cuenta bancaria del agente el pago.

El 18 de agosto, Monsieur informó telefónicamente al agente que depositaría los pagos relativos al transporte de los motores y las piezas a la cuenta bancaria del “transportista” en Colombia.

Así narra el acta de acusación del estado de Alabama contra Monsieur la forma en que ese famoso traficante de armas cayó en la trampa que le tendió la justicia estadunidense. Finalmente, Monsieur, de 56 años, fue arrestado el 28 de agosto en el aeropuerto de Nueva York, mientras esperaba su vuelo a Francia, donde radicaba.

Sobre Monsieur pesan seis cargos relativos a la violación del acta estadunidense sobre control de armas, contrabando, lavado de dinero y conspiración, cuyas penas superan los 20 años de prisión.

Protección francesa

Jacques Monsieur nació el 31 de marzo de 1953 en el seno de una familia rica de Bruselas. De padre notario, abandonó los estudios de derecho para enrolarse, en 1978, en el batallón “Cazadores”, una unidad de inteligencia belga.

Apodado El Mariscal, Monsieur se implicó en el tráfico de armas desde los años 80, señaló el periodista belga Alain Lallemand, en un largo reportaje publicado el 15 de noviembre de 2002, el cual se ha convertido en una referencia para conocer al personaje.

Lallemand indica que Monsieur participó en el escándalo Irán-Contras, que estalló en noviembre de 1986, cuando se supo que funcionarios del gobierno de Ronald Reagan permitieron la venta de armas a Irán, sometido a un embargo, para financiar la contrainsurgencia en Nicaragua.

Sin embargo –explica Lallemand–, las primeras informaciones sólidas sobre sus negocios ilícitos provinieron de la policía federal belga, que en 1986 encontró un maletín propiedad Monsieur.

Los documentos que guardaba en el maletín revelaron que Monsieur estaba en contacto con el servicio de inteligencia de Israel, el Mossad, así como el de Irán, y que había estado intentando exportar, sin licencia, lanzadores de granadas modelo Armbrust, un arma ligera antitanques de fabricación alemana. Monsieur obtuvo falsos certificados de “destino final” de varios países, principalmente de la antigua Zaire.

Las investigaciones sobre este caso no llegaron a ninguna parte, ya que bajo la ley belga ese tipo de lanzadores son consideradas “armas de cacería” y no de guerra, aunque las autoridades europeas comenzaron a seguir las actividades de Monsieur desde entonces.

El periodista belga afirma que “Francia aparece como el protector de Monsieur, que implantó sus operaciones en ese país en 1993. Hasta 1999 que Francia lo acusó de tráfico de armas, él vivió abiertamente en ese país. El procedimiento judicial confirmó sus conexiones con la Dirección de la Seguridad del Territorio (DST) y los ejecutivos de la petrolera Elf-Aquitaine”.

En septiembre de 2000, continúa Lallemand, “Monsieur declaró a un juez francés que en 1991 fue contactado en Bruselas por la Agencia Central de Inteligencia estadunidense (CIA), y que con la bendición de la DST, envió decenas de millones de dólares en armas a Croacia. Entre 1991 y 1995, Monsieur encontró sus mejores mercados en Croacia y Bosnia, pese a que ambos países estaban bajo embargo de armas Naciones Unidas”.

Sus relaciones con Elf-Aquitaine comenzaron a principios de los 90. En 1991, Monsieur, a nombre de un coronel de Angola, escribió una carta a un fabricante de armas polaco. El contenido de tal carta, descubierta por la policía belga, “constato que Monsieur organizaba el transporte de tanques, helicópteros de transporte de tropas y de ataque, y rifles de asalto hacia Angola”.

Monsieur aseguró a su intermediario polaco que tal arsenal “será financiado con presupuesto o préstamo/crédito”, y mencionó que tenía la autorización financiera de Elf-Aquitaine: “Ellos mismos me lo han confirmado”, escribió.

Contacto en Irán

Uno de los principales clientes de Monsieur, además de varios gobiernos africanos, ha sido Irán, país que ha abastecido durante los últimos 20 años de armamento de origen estadunidense, incluido materiales nucleares de otros países.

No sólo eso: el 22 de agosto de 1996, expone Lallemand, Monsieur “sugirió al gobierno de Teherán que exportara armas al pequeño estado centro-africano de Burundi, vecino de Ruanda, en violación al embargo de armas de la ONU”.

En un documento que obtuvo la policía belga, Monsieur preguntaba a los iraníes los precios de morteros, rifles de asalto, municiones y artillería ligera para las tropas de Burundi. Detalló que podía entregar el arsenal por vía aérea con un avión Ilyushin 76 y, para tranquilizarlos, aseguraba que podía utilizar documentación falsificada para ocultar el origen de las armas.

El arresto de Monsieur en Irán, el 19 de noviembre de 2000, acusado de espionaje, fue una acción que al principio parecía montada para evitar su comparecencia ante un juzgado francés, programada para esas fechas. Pero no fue así.

Lallemand explica que a principios de 2001, el abogado iraní de Monsieur transmitió un fax a los abogados de éste en París. En tal fax, Monsieur dice que el gobierno de Teherán se había percatado que había estado pagando comisiones ilícitas a funcionarios iraníes derivadas de sus operaciones de comercio de armas.

Tales comisiones iban de los 17 mil a los 25 mil dólares y las depositaba en cuentas en Dubai. En el mismo fax, Monsieur indica a sus abogados europeos dónde pueden encontrar los documentos que prueban que actuó con el conocimiento y la aprobación del gobierno iraní.

En diciembre de 2001, Monsieur fue juzgado, condenado a 10 años de cárcel, pero liberado inmediatamente sin cargos.

Leyenda

Claude Moniquet es presidente del European Strategic Intelligence and Security Center, un reconocido think tank con sede en Bruselas. En un informe publicado el pasado 8 de septiembre, Moniquet explica:

“Monsieur abandonó el ejército belga a principios de los 80 y se dedicó de inmediato al tráfico de armas y de sistemas de defensa. Fue procesado por haber ayudado a incendiar guerras en varios continentes: en Bélgica fue sentenciado a una pena de 40 meses de prisión en diciembre de 2002 y, en Francia, el 21 de mayo de 2008, le fue suspendida una pena de 4 años de encarcelamiento. Pero Monsieur fue, sobre todo, un aliado leal de alto rango para Irán.”

Continúa:

“En los 80 vendió armas y explosivos a los mullahs durante la guerra contra Irak. Durante la década siguiente trabajó para abastecer de sistemas de radares a Irán y vender las armas hechas por Teherán en la ex Yugoslavia y en África.”

Moniquet opina que el arresto en Irán le ayudó a Monsieur a volverse una “leyenda”. También, dice, se convirtió en un “maestro para crear pantallas de humo que ocultaran sus actividades reales”.

En una entrevista con Radio France International el 4 de diciembre de 2004, el experto recuerda que Monsieur clamó: “El tráfico de armas no es mi principal actividad. Esta actividad cubre otra: una por la que fui encontrado culpable en Irán, la inteligencia.”

“El truco funcionó –resalta Moniquet–: Monsieur ha sido descrito como agente del servicio de inteligencia militar belga (SGRS por sus siglas en francés); de la DST francesa; del Mossad israelí, o incluso de la CIA o de la Defense Intelligence Agency estadunidense. El 4 de diciembre de 2004, incluso, llegó a declarar al periodista Laurent Léger que, en representación de la CIA, montó en Irán una compleja operación especial de inteligencia durante los 90.”

Sin embargo, agrega, “la realidad es mucho más prosaica y mucho menos romántica: Monsieur no es una especie de ‘Súper James Bond’ que puso en riesgo su vida para salvar al mundo libre; es un traficante de armas que intentó servirse de los servicios secretos de inteligencia para cubrir sus actividades”.

Moniquet, de nacionalidad belga, revela que muchas de sus fuentes le han confirmado que Monsieur no fue nunca oficial o agente de los servicios militares belgas de inteligencia o de la DST, ni mucho menos de la CIA.

Un oficial mayor de los servicios belgas de inteligencia le confesó a Moniquet:

“Monsieur no es un mitómano, a pesar de que yo pienso que disfruta con sus invenciones, es un simple estafador. En los últimos 20 años ha contactado repetidamente con nuestros servicios o con los servicios de inteligencia de países amigos y ha ofrecido, bajo su propia iniciativa, ‘reportes’, los cuales, por cierto, no son muy interesantes. Pero ellos le permitieron, cuando ha estado bajo sospecha, decir fuertemente que él ha trabajado para tal o tal servicio de inteligencia. La maniobra es cásica y es con frecuencia usada por traficantes de armas o mercenarios.”