ARCHIVO: Nokia: Sindicalismo blanco en México

BRUSELAS (apro).– La compañía finlandesa Nokia –líder mundial en la producción de teléfonos móviles– asegura que “está completamente comprometida con los más altos estándares de conducta ética y con el cumplimiento total de las leyes nacionales e internacionales”.

Sin embargo, tal afirmación ––contenida en el Código Ético de Conducta de la empresa–, es incumplida por sus ejecutivos, quienes eligen a los líderes sindicales de su planta en Reynosa, Tamaulipas, y con ello violan, además, los derechos de libertad sindical consagrados en la Ley Federal del Trabajo y en el Convenio 87 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

(Artículo publicado el 11 de julio de 2008 en la sección Prisma Internacional de la Agencia PROCESO)

(En febrero de 2012 Nokia anunció un proceso de despido de 700 trabajadores de su maquiladora en Reynosa)

Así lo revela un estudio elaborado por el Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical (CILAS) de México, por una solicitud del Centro de Solidaridad Sindical de Finlandia (SASK, por sus siglas en finlandés), que agrupa 30 federaciones de ese país nórdico interesadas en promover la “independencia sindical” en las naciones en desarrollo.

Dicho estudio, presentado el 8 de abril pasado en Helsinki –y cuya copia obtuvo Apro— denuncia la “presencia de un sindicato (‘de protección’ o ‘blanco’) que hace las funciones de departamento de personal para la empresa, no de representación de los trabajadores”.

Explica que “la mayoría” de los 88 trabajadores de Nokia que pudieron ser entrevistados para la realización del estudio –puesto que la empresa finlandesa obstaculizó el libre acceso de los investigadores de CILAS a la planta–, “no conoce el calendario de negociación sindical”, “afirma (equivocadamente) que no existe Contrato Colectivo de Trabajo”, o “no supo precisar la fecha de la última revisión del contrato”.

“Esto implica –indica el documento– que no se hacen asambleas para tomar decisiones, que las reuniones por áreas o departamentos de trabajo bajo la conducción sindical son inexistentes, que no hay elecciones ni rotación de elites (……) Hay un acuerdo de una cúpula reconocida legalmente, pero sin legitimidad entre la base sindical, con los cuadros directivos de Nokia, para mantener la estabilidad laboral que exige el corporativo”.

Esta “comisión sindical” es la única que puede asistir a las sesiones de negociación salarial y contractual con la compañía, según indicó 97% de los entrevistados.

Tal “control” sobre los trabajadores, expone el estudio, lo sustenta Nokia en otras prácticas que contradicen su Código Ético de Conducta, el cual fue creado en 1997 y revisado el 19 de abril de 2005 por el Consejo Ejecutivo del corporativo finlandés. La trasnacional asegura que el contenido de ese código “se introduce y presenta a los trabajadores a través de inducción, entrenamiento y comunicaciones internas”.

Sin embargo, el estudio encontró que 30% de los entrevistados no sabe que existe ese código, y entre aquellos que afirmaron conocerlo, apenas 10% estaba enterado de su contenido, entre otras razones porque la empresa no hace entrega de ese documento entre sus empleados “desde hace aproximadamente tres años”.

Como consecuencia de ello, según CILAS, la implementación del código en la vida laboral de la planta “presenta serias limitaciones”, tomando, además, en cuenta que los empleados no cuentan con la información necesaria para advertir si Nokia cumple o no con sus compromisos.

Por otra parte, a pesar de que el código promete a los trabajadores “excelentes oportunidades para el desarrollo de sus carreras”, la firma nórdica ha incrementado de manera significativa el número de empleados eventuales, quienes no gozan de las mismas prestaciones que los de base.

El estudio, de 23 páginas, denuncia que tales trabajadores temporales “perciben menos ingresos y tienen menos posibilidades para construir formas de organización que los representen”.

Los trabajadores temporales representan 35% de la plantilla laboral de Nokia en Reynosa, los cuales son contratados a través de la agencia estadunidense de recursos humanos Manpower, y “un número más pequeño”, por medio de la franco-suiza Adecco.

Así mismo, 60% de los asalariados encuestados gana entre 700 y 880 pesos mensuales; otro 20%, 934 pesos al mes; y los ingresos del 20% restante no superaba mil 500 pesos mensuales.

Confesión pública

La investigación de CILAS despertó un gran interés en Finlandia. A su presentación en la capital de ese país, el pasado 8 de abril, asistieron “los principales medios finlandeses”, dice Jukka Pääkkönen, el coordinador de proyectos de SASK, a la agencia Apro.

El diario nacional más importante, Helsingin Sanomat (La Gaceta de Helsinki), recalcó, por ejemplo, “el rechazo de Nokia hacia los investigadores mexicanos”. La nota, firmada por la periodista Kristiina Yli-Kovero, divulgó que “la libertad de asociación sindical no existe, en la práctica, en la planta mexicana” de la empresa.

Fue tal el impacto del estudio que los sindicatos finlandeses de Trabajadores de la Metalurgia, de Empleados Asalariados, y de Ingenieros Profesionales –a los cuales están agremiados los trabajadores locales de Nokia–— tomaron el caso de la planta de Reynosa para insistir en la necesidad de que la empresa firme con ellos el llamado Acuerdo Marco Internacional, que garantice los derechos básicos de los trabajadores de la empresa en todo el mundo, incluyendo sus derechos sindicales.

Tal acuerdo, que ya aplican 35 trasnacionales europeas en conjunto con tales sindicatos, “mejoraría la imagen internacional de Nokia”, cuyo código de ética “representa un problema” porque lo establece la directiva de manera unilateral, no es vinculante y es difícil de monitorearlo, señaló el Sindicato de Empleados Asalariados de Finlandia en un comunicado de prensa publicado el día siguiente a la difusión del estudio de CILAS.

–¿Por qué decidieron evaluar a Nokia en México? –le preguntó el corresponsal a Pääkkönen.

–Realizamos estudios de empresas multinacionales como parte de nuestras funciones. SASK es un organismo de proyectos de desarrollo que apoya programas en varios países. Por eso financió el estudio con fondos que recibimos del gobierno y de los sindicatos de Finlandia. Debido a que Nokia es una empresa finlandesa, los sindicatos del país que tienen relación con ella querían saber cómo está manejando sus operaciones en México.

“No es el primer estudio que elaboramos sobre Nokia. Hace cuatro o cinco años evaluamos su planta en Manaos, Brasil. Los resultados fueron distintos. Las condiciones laborales en Brasil son completamente diferentes a las de México: en Manaos, por ejemplo, no hay sindicatos protectores”.

–¿Sorprendieron en Finlandia los hallazgos del estudio mexicano?

–Por un lado, no. Conocemos la difícil situación que enfrentan los sindicatos en México. Pero por otro lado, sí nos sorprendió porque se trata de Nokia, una empresa que quiere dar la imagen de ser la más ética y socialmente responsable de todo el mundo, mientras que el estudio demuestra que hay una brecha entre la verdad y los principios que dice defender el corporativo.

“En la rueda de prensa del 8 de abril estuvieron presentes los representantes de Nokia, no como invitados, sino como participantes en el público. Ellos aceptaron la mayor parte de las conclusiones del estudio, pero dijeron que los principios éticos de la compañía entraban en conflicto con las prácticas laborales que existen en México. Dijeron que la compañía sola no iba a cambiar las malas condiciones laborales mexicanas. Así se justificaron. Sin embargo, admitieron públicamente que Nokia sostiene un sindicato de protección, que los líderes sindicales habían sido elegidos por los mismos directores de la compañía”.

El corresponsal comenta a Pääkkönen que muchas empresas europeas acusadas de hacer en México lo que no hacen en sus países, argumentan lo mismo: que lo único que hacen es aplicar las leyes y prácticas que existen en México. Se le recuerda que, no obstante, en el caso de Nokia, su código ético establece que “su objetivo no es simplemente el cumplimiento legal mínimo, sino estar entre las mejores compañías del mundo en responsabilidad corporativa”.

“De ninguna manera ese es un argumento justificable”, señala Pääkkönen.

Explica: “Existen ciertos límites: en México no se puede hacer todo de la misma manera que en Finlandia o en Suecia, donde hay completa libertad sindical. Sin embargo, Nokia tiene amplios márgenes de maniobra para poder implantar mejores condiciones laborales. Es ridículo decir que no tiene manera de decidir lo que va a hacer en su propia fábrica ¡Es una de las compañías más grandes del mundo ¿y no tiene suficiente poder para cambiar las relaciones laborales en su propia planta?!”.

Continúa: “La empresa logró retrasar la publicación del estudio bastante tiempo. Lo publicamos casi un año y medio después de lo que preveíamos, ya que los directivos de Nokia no permitieron entrevistar a los trabajadores o no dieron respuesta a los cuestionarios. La empresa no fue transparente. Por eso, tras la presentación del informe empezó un proceso de negociación entre los sindicatos finlandeses y la directiva de Nokia para tratar de que en México los investigadores puedan entrar en la fábrica y hacer una nueva investigación de control, de cómo ha cambiado la situación, y que puedan hablar con los trabajadores dentro de la planta y no en sus casas, como sucedió esta ocasión”.