ARCHIVO FOX: Celosa guardiana

ROMA.- La participación de Vicente Fox en la reunión de la Internacional Demócrata del Centro (IDC) estuvo marcada por la inseparable presencia de su esposa Marta Sahagún, quien ahuyentaba a los reporteros cuando se acercaban a su marido.

(Artículo publicado en coautoría con Irene Savio en la edición del 23 de Septiembre de 2007 de la revista PROCESO)

Su presencia era notoria no sólo porque fue la única esposa que acompañó a los delegados de la IDC a esa reunión de trabajo, sino también porque mientras Fox hablaba, ella –ataviada con un vestido de estridente color rojo que sobresalía entre la ropa ceremonial de los participantes– se dedicó a tomarle fotografías.

Así sucedió durante la única conferencia de prensa que el jueves 20 dio Fox al lado de Pier Ferdinando Casini, presidente de la IDC, y de Lorenzo Cesa, unos de los políticos más importantes de la derecha italiana.

Incluso ahí, Marta, con actitud amenazante, tomó con su teléfono celular fotografías de los corresponsales que cuestionaban a su esposo.

“¿Para quién trabaja usted? ¿Quién le ha mandado a hacer esas preguntas?”, les espetó con voz altisonante a los corresponsales de Reforma y El Universal que momentos antes habían hecho preguntas a su marido sobre su presunto enriquecimiento ilícito y acerca de su nuevo libro, que en octubre próximo empezará a circular en Estados Unidos.

Poco antes, Irene Savio, corresponsal de Proceso en Roma, había logrado establecer una tibia conversación con Marta Sahagún, quien ignoraba el medio al que representaba. Engañada por el acento extranjero de la corresponsal, Sahagún se mostraba amable y sonriente.

–¿Usted visitará también al Papa?

–Eso lo estamos decidiendo con Vicente –contestó con dulzura.

Intrigada, finalmente preguntó:

–¿Para quién trabajas?

–Para el semanario Proceso –respondió la corresponsal.

Marta endureció el semblante y se dio la media vuelta.

En los pasillos del hotel Excélsior, varios reporteros intentaron entrevistar a Fox, pero su mujer lo evitó: empujó a su marido para que caminara más rápido.

Al día siguiente –viernes 21–, Sahagún acompañó a Fox al pueblo de Castel Gandolfo, donde se encuentra la residencia de descanso del Papa Benedicto XVI. Pegada a su esposo, ingresó al edificio. No desperdició la ocasión para besarle el anillo al pontífice alemán, privilegio que sólo tuvieron algunos de los líderes de la IDC que habían sido invitados al acto.

En ese momento, Marta vio la “gran bondad de su santidad Benedicto XVI”. “Tiene ojos que reflejan toda su espiritualidad, toda su bondad; tiene una sonrisa amable, llena de cariño. Estoy muy emocionada, muy llena de cariño”, dijo más tarde.

Marta y Vicente salieron de la audiencia privada agarraditos de la mano. Luego –abrazados, sonrientes– se tomaron una fotografía en la plaza principal del pueblo, llamada Libertad.