ARCHIVO GLOBAL: CIA Airways

La Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos utilizó aviones de compañías aéreas fantasma para transportar ilegalmente por territorio europeo a prisioneros que secuestró bajo la sospecha de que eran terroristas. Lo anterior fue confirmado en su reporte final por la Comisión Temporal del parlamento Europeo que durante un año investigó las actividades de la agencia estadunidense en los países de la Unión Europea. Dos informes adicionales de esa instancia –los cuales se encuentran en poder de Proceso– ofrecen detalles sobre la manera en que la CIA realizaba los secuestros.

(Artículo publicado en la edición del 4 de febrero de 2007 de la revista PROCESO)

BRUSELAS.- La Agencia Central de Inteligencia (Central Intelligence Agency, CIA) operó más de mil vuelos clandestinos sobre territorio europeo, algunos de los cuales sirvieron para ralizar “por lo menos” 21 operaciones ilegales de transporte de prisioneros desde cárceles secretas provisionales, posiblemente localizadas en bases militares estadunidenses.

Tal es la conclusión del informe final de la Comisión Temporal del Parlamento Europeo sobre los vuelos de la CIA que, después de un año de investigaciones, presentó el pasado 23 de enero.

El informe –que el próximo 14 de febrero será votado por el pleno del Parlamento Europeo– indica que esos vuelos hicieron escalas en aeropuertos ubicados en los 27 países de la Unión Europea (UE), principalmente de Alemania (336 escalas), Reino Unido (190) e Irlanda (147), así como en Islandia, Noruega, Suiza, Albania, Turquía, Bosnia-Herzegovina, Croacia y Macedonia. Los destinos: Jordania, Azerbaiyán, Turkmenistán, Egipto, Uzbekistán, Irak, Afganistán, Marruecos, Libia y Guantánamo.

Dos informes adicionales de la Comisión temporal –que se hallan en poder de Proceso– detallan la manera en que la CIA realizaba los secuestros y mencionan las rutas aéreas que, de acuerdo con el presidente de esa comisión, el portugués Carlos Coelho, “no pudieron establecerse más que por acción u omisión de los gobiernos europeos”.

Uno de los documentos –realizado con base en investigaciones en torno a las compañías y aeronaves que ayudaron a la CIA– destaca que los prisioneros no sólo eran transportados en aviones civiles y militares, sino también en helicópteros y automóviles. Fue al caso del ciudadano canadiense de origen sirio Mahed Arar. Capturado el 26 de septiembre de 2002 en el aeropuerto Kennedy de Nueva York mientras hacía una escala rumbo a Canadá, Arar fue transportado de manera ilegal, primero a Washington y luego a Jordania, vía Roma. Desde Amman, la capital jordana, agentes de la CIA lo llevaron en automóvil a la prisión siria de Far’Falastin, donde fue torturado y encerrado en una diminuta celda durante 10 meses y 10 días, tras lo cual fue dejado en libertad.

“Juego de fachadas”

Los documentos adicionales de la Comisión revelan que, desde el 11 de septiembre de 2001 hasta finales de 2005 tuvieron lugar “al menos mil 245 vuelos operados por la CIA sobre el espacio aéreo europeo, o que hicieron escala en aeropuertos en aeropuertos europeos”. Estos vuelos fueron realizados por 32 aeronaves, cuyas compañías propietarias mantienen oscuros vínculos con la CIA.

“La mayoría de esas compañías son ‘de fachada’: sólo existen en papel (en direcciones postales, por ejemplo) o cuentan con un sólo empleado (normalmente un abogado). Esas compañías aparecen como las dueñas de aparatos aéreos sistemáticamente sujetos a operaciones de ‘compraventa’: después de cada transacción, la aeronave se vuelve a registrar con el objetivo de borra sus huellas”, se asienta en el documento en poder de Proceso.

Dicho texto, de 64 páginas, expone que “un buen ejemplo de tal ‘juego de fachadas'” es el de la aerolínea Premier Executive. Destaca que, de forma sospechosa, su dirección de negocios es la de un apartado postal fuera de Washington. Es propietaria de una aeronave modelo Gulstream V (con números de registro N379P, N8068 y N44982) y un Boeing 737 (también con diferentes números de registro: N313P y N4476S), los cuales, de acuerdo con las investigaciones, sirvieron para realizar algunos vuelos ilegales de la CIA.

Esta empresa pertenece a otra compañía de fachada de nombre Steven Express, cuya dirección declarada en el estado estadunidense de Tenesse “no corresponde a ningún domicilio”. La empresa fue adquirida por un abogado a nombre de la firma Devon Holding, también considerada una “pantalla” de los servicios secretos de Estados Unidos.

En noviembre de 2004, el rotativo británico Sunday Times publicó que Washington rentó el Gulfstream V para transferir detenidos a Guantánamo y a otras bases militares estadunidenses. Dos días después de la revelación, Premier Executive vendió la aeronave a otra compañía, Bayard Foreign Marketing; el nombre de su administrador, Leonard Bayard, no fue hallado en los registros públicos de Estados Unidos.

El Boeing 737 también fue puesto en venta. Lo adquirió Keeler and Tate Management, una empresa que carece de dirección electrónica y tampoco cuenta con oficinas. Su única propiedad era esa aeronave. Premier Executive desapareció misteriosamente en 2005.

Otras compañías de ese tipo involcuradas en los secuestros de la CIA fueron Crowell Aviation Technologies , path Corporation, Rapid Air Trans, Aviation Specialties, y Centurion Aviation Services.

La CIA realizó también el traslado de prisioneros a través de aeronaves de corporativos reales. Explica el documento: “Esas ‘compañías operativas’ estaban detrás de las empresas fachada para apoyarlas. proveían a la CIA de aviones y de la logística necesaria (pilotos y asistencia técnica y de carga). En varios casos estaban directamente vinculadas con la CIA”.

Un caso es el de Aero Contractor, que la prensa estadunidense describe como “la mayor plataforma doméstica del servicio secreto aéreo de la CIA”. la empreesa fue fundada en 1979 por JimRhyne, antiguo piloto de Air America, una aerolínea utilizada por la agencia en sus operaciones clandestinas durante la guerra en Vietnam.

La Comisión pudo obtener datos de la fuerza aérea estadunidense que prueban que Aero Contractor –que extrañamente no anuncia sus servicios– rentó el Boeing 737 a Premier Executive. “Todos los recursos” de Aero Contractor, subraya el documento, provienen de la CIA, del ejército estadunidense y de otras agencias al servicio de la Casa Blanca.

Acciones sistemáticas

La Comisión estudió a profundidad 10 de los 21 casos de “entregas extraordinarias” que pudo documentar. En un texto de 24 páginas (Eurocontrol proporcionó los planes de vuelo) estableció los días y las rutas por las que circularon las personas secuestradas por la CIA, algunas de las cuales comparecieron ante la Comisión de eurodiputados.

Los ciudadanos egipcios Mohammed El-Zari y Ahmed Agiza, quienes solicitaron asilo político en Suecia, fueron arrestados –a petición de la CIA– por la policía de este país el 18 de diciembre de 2001. Las autoridades suecas rechazaron sus demandas de asilo y los expulsaron del país. Los dos fueron transferidos  ese mismo día al aeropuerto Bromma, de estocolmo, y entregados a agentes de la CIA, quienes los desnudaron, drogaron y golpearon. El vuelo que los condujo ilegalmente a Egipto –y que había salido horas antes de Washington, con escala en El Cairo– despegó a las 20:48 horas de la capital sueca y lo operaba Premier Executive.

Una vez en Egipto, adonde aterrizaron a la 1:30 horas del día siguiente, los prisioneros fueron torturados durante varios meses, antes de ser enjuiciados. agiza cumple actualmente una condena de 25 años de prisión, mientras que El-Zari fue liberado, aunque ahora vive en Egipto vigilado todo el tiempo por las autoridades locales.

Un caso emblemático de los abusos perpetrados por el gobierno de Estados Unidos es el de otro ciudadano egipcio, Hassan Mustafa Osama Nasr o Abu Omar. Fue secuestrado por agentes de la CIA en territorio de Italia, un Estado miembro de la UE, con la complicidad de ocho agentes de los servicios secretos nacionales y un carabinieri (policía), los cuales son actualmente enjuiciados en un tribunal italiano por esa colaboración.

Abu Omar, quien gozaba del asilo político en Italia y sobre quien pesan sospechas de pertenecer a grupos fundamentalistas, fue detenido el 17 de febrero de 2003 en una calle de Milán. Fue llevado al aeropuerto de Aviano, y de ahí fue trasnportado a la base militar de Rammsteim, en alemania, en un aparato Gulfstream IV, con número de registro N85VM. A las 18:52 horas del mismo 17 de febrero partió hacia El Cairo y llegó a esta ciudad a las 22:32 horas.

la compañía operadora del itinerario fue Richmor Aviation, y el jet involucrado pertenecía a Philip H. Morse, único empleado que declara tener la firma Assembly Point Aviation Inc. y socio del equipo de beisbol Medias Rojas de Boston. Morse declaró que Richmor Aviation había rentado su aeronave a la CIA por tres años.

La capacidad de acción de la agencia de inteligencia estadunidense en Europa le permitió incluso efectuar “secuestros múltiples”. Así ocurrió con seis ciudadanos bosnios de origen argelino, quienes durante la noche del 17 al 18 de enero de 2002 fueron arrestados ilegalmente por la policía federal bosnia, que los entregó a militares estadunidenses destacados en el país. Horas antes, la Corte Suprema de Bosnia-Herzegovina había ordenado la liberación de los seis hombres, quienes fueron detenidos provisionalmente acusados de terrorismo. Sin orden de extradición de por medio, los prisioneros fueron transferidos a la Eagle Base, en tuzla, Bosnia, de ahí a la base militar estadunidense de Incirlik, en Turquía. Finalmente, el 19 de enero de ese año fueron trasladados a Guantánamo, donde permanecen hasta la fecha.

De acuerdo con documentos oficiales del gobierno estadunidense a los que tuvo acceso la Comisión, la transferencia a Tuzla de los llamados “seis bosnios” se realizó en dos aeronaves militares C-130, con números de registro UJM166301019 y UQU09Z10L019. La segunda de estas aeronaves, denominada “de respaldo” en los documentos militares, provenía de la base militar de Rammsteim, en Alemania.

Esa operación de transferencia incluyó a 28 supuestos terroristas desde el poblado afgano de Kandahar hasta Guantánamo. Durante el trayecto, los detenidos bosnios fueron maltratados, vendados de los ojos e inmovilizados con unos gruesos guantes. Aterrizaron en Guantánamo el 20 de enero a las 19:30 horas.

Otro caso: el del ciudadano alemán de origen libanés Khaled al Masri, quien fue detenido en diciembre de 2003 en Macedonia bajo la sospecha de pertenecer a la organización Al Qaeda. Agentes de la CIA lo habrían transferido en un Boeing –que previamente realizó escala en España– hacia una cárcel secreta en Afganistán, donde fue objeto de golpes. Lo liberaron en mayo de 2004 en un bosque de Albania cuando la CIA se dio cuenta que su secuestro fue producto de una “confusión”.

Debido a que al masri es ciudadano alemán, la fiscalía de Munich emitió el pasado 31 de enero órdenes de detención contra 13 supuestos miembros de la CIA implicados en su secuestro. Los acusa de los delitos de detención ilegal y daños físicos. Según versiones de la televisión alemana, la mayoría de los acusados residen en carolina del Norte, Estados Unidos.